Fuente: Sonia Cartagena (licencia cc) |
Durante esta semana realizamos una
evaluación de la asignatura, esta consistía en escribir en un papel rosa algo
positivo, en uno amarillo una duda o algo que no tuviéramos claro y en otro
verde un aspecto negativo referido a la asignatura. Después colocamos los
papelitos en la pizarra y reflexionamos sobre los resultados. En general, las
opiniones eran muy parecidas, en cuanto a los aspectos positivos temas como que
las clases son amenas y que estamos consiguiendo cantidad de recursos muy
útiles para integrar las TIC en nuestras futuras aulas se repitieron mucho. Las
dudas giraron en su mayor parte en torno al examen, la estructura de los
contenidos y la web 3.0, en ese momento se aprovechó para aclarar aspectos
referidos a esos temas. Y por último se comentaron las opiniones negativas, que
igualmente iban referidas al tipo de examen y a la cantidad de contenidos que aborda
esta asignatura.
Por mi parte, el realizar esta
actividad me resultó sorprendente ya que no todos los profesores se interesan
por la opinión de sus alumnos, y de esta forma se resolvieron dudas generales y
se llegó a acuerdos para mejorar nuestra enseñanza. En otras ocasiones, se han
interesado por nuestra opinión al finalizar la asignatura, pero en ese momento
ya no se pueden realizar cambios. Por tanto, remarcar la importancia de
realizar estas evaluaciones formativas y agradecer a la profesora el
haberla realizado.
Pero, además de resultar
favorecedora para mi aprendizaje, me llevó a pensar que es un tipo de evaluación
que también debo poner en práctica cuando yo sea la docente. Ya que aunque
estemos hablando de niños muy pequeños, sus opiniones y dudas me van a orientar
sobre o que les resulta más difícil o les gusta menos para poder realizar las
mejoras necesarias y conseguir mejores resultados en su proceso de
enseñanza-aprendizaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario