En esta ocasión voy a reflexionar sobre un tema que surgió
en clase: aulas del siglo XIX, profesores del siglo XX y alumnos del siglo XXI.
Como comentó María del Mar en clase, si despertáramos a un
cirujano del siglo XIX en un hospital de hoy en día, necesitaría formación pues
la técnica ha cambiado. Sin embargo, un profesor del mismo siglo, podría dar su
clase magistral en cualquier aula de nuestros días sin problemas. Pues, aunque
las instalaciones y herramientas han mejorado, se sigue usando la misma
metodología sin tener en cuenta que el contexto y los alumnos han cambiado.
Alejandro Piscitelli, habla de “nativos digitales” un
concepto que se refiere a las generaciones que nacieron a partir de los años 80
y afirma que la interacción con la tecnología fue parte de su ambiente de
desarrollo.
Por tanto, estos alumnos requieren y demandan la inclusión de
la tecnología en el aula, ya que literalmente se aburren con métodos de siglos
pasados.
La escuela debería adaptarse a la época actual y resultar
motivadora para los alumnos. Sin embargo, esto no se consigue poniendo pizarras
digitales u ordenadores en las aulas, es necesaria un revolución en cuanto a
metodología y, sobre todo, es clave el papel del docente
Os dejo a un programa de Redes que trata sobre la
educación y su evolución hasta nuestros días. Se centra en el desfase existente
entre las necesidades de los alumnos y lo que ofrece la educación actual. En
concreto nos cuenta que debemos fomentar la creatividad y conseguir que los
alumnos descubran sus talentos.
Por otro lado, durante la clase práctica de la semana, nos centramos en Twitter. Que para mi sorpresa, no es una red social, sino una aplicación de microblogging. Una herramienta de comunicación en la que no tiene que existir una relación mutua. En mi caso, gracias a esta clase he descubierto que puedo utilizar esta aplicación para aprender de personas relacionadas con la educación. De esta forma, puedes comunicarte y compartir información con personas que de otra forma sería prácticamente imposible.